Cuando se trata de moda, Kate Middleton tiene el toque mágico: cada vestido que se pone y con el que es fotografiada se convierte inmediatamente en 'best- seller'. Pero, a partir de ahora, los fabricantes podrán ser llevados a los tribunales si usan el nombre de la futura princesa con fines promocionales. Puesto que Kate ha sido hasta ahora una chica sencilla que compra su ropa en marcas de precios relativamente accesibles, sus muchas admiradoras pueden imitar su 'look' adquiriendo exactamente el mismo artículo que ella usó. Eso sí, si llegan a tiempo.
El otro modelo tocado por la varita del hada Kate fue el que llevó la tarde del 16 de octubre, cuando, junto a Guillermo, anunció su enlace ante los periodistas. Se trataba de un modelo cruzado, de mangas largas en jersey de seda azul, de la marca Issa, de la brasilera Daniella 'Issa' Helayel, una de sus diseñadoras favoritas, cuyos modelos usa desde los últimos cinco años, y que cuenta entre sus fans a Madonna, Scarlett Johannson, Kiera Knightley y Naomi Campbell. El vestido, por el que pagó 475 €, se agotó pocas horas después del anuncio y sólo hicieron falta unos días para que una burda imitación, o 'tributo', como le llamaron sus fabricantes, llegara a los supermercados londinenses Tesco por apenas 20€.
De más está decir, que el nombre Kate Middleton es un fabuloso argumento de venta del que las marcas y sus imitadores hicieron alegremente uso hasta ahora.
Sin embargo, a partir de su compromiso, su nombre es controlado por la Casa Real y ésta acaba de anunciar que se penalizará severamente el uso de su nombre en asociación con productos que no tengan relación con los ligados con la boda (si bien Kate y Guillermo se negaron firmemente a que sus rostros ornaran toallas, camisetas y delantales de cocina). Según un asistente de la familia real, ésta no podrá oponerse si una compañía decide bautizar 'Kate' o 'Catherine' a un vestido pero si utiliza su nombre y apellido para promocionar un modelo o sugiere que ella endosa un modelo o una marca, ésta podrá recibir una demanda por decenas de miles de euros.
Kate, que acaba de celebrar su último cumpleaños de plebeya (29 el 9 de enero) va rápidamente camino de convertirse en un ícono de la moda como lo son las princesas Letizia, Mary, Máxima, la reina Rania o como lo fue quien podría haber sido su suegra, la princesa Diana. Y es muy posible que el año que viene, cuando celebre sus 30, no sólo flotarán las banderas en los edificios gubernamentales sino que probablemente la princesa Catherine estará enfundada en algún exquisito modelo de Alta Costura...
Extraido de: El Mundo. Florencia Sañudo