El discurso de Angela Merkel en defensa del euro ha dado la vuelta al mundo y en las fotos de la canciller alemana, tomadas durante su intervención ante el Bundestag, destaca la presencia de un bolso talla XL y color naranja "sin complejos" que amenaza con crear tendencia.
Para el resto de los ciudadanos de la eurozona ha sido una sorpresa descubrir este gusto de Merkel por los complementos coloristas, pero los alemanes ya han adaptado sus ojos al efecto deslumbrante del bolso de mano, porque la canciller lo estrenó el pasado mes de mayo.
La primera vez que apareció en público con él fue en una reunión de la directiva de su partido, la CDU, y una ola de especulaciones políticas se disparó en los pasillos de la capital alemana. Sus socios de coalición, venidos a menos en las encuestas y sucesivas elecciones regionales, son los liberales del FDP y su color es el amarillo. Merkel estaba inmersa entonces en un drástico programa de abandono de la energía nuclear que hubiese correspondido al color verde. Y la oposición estaba dominada por el color rojo, con lo que ¿cómo debía interpretarse políticamente esa apasionada apuesta por el naranja? ¿Y cómo encajarla en la tradición política alemana, que no ha dado un paso más allá de los cigarros de Willy Brandt o las gafas de pasta de Helmut Kohl?
La oposición arremetió contra el bolso porque se trata de un modelo francés, Longchamp, de 310 euros, y reprochaban a Merkel una exhibición de lujo de tal calibre. El modelo, por cierto, sólo ha sido fabricado en rojo y en naranja y quizá eso explique en parte el color del complemento. La confirmación de Merkel, que reconoció que era su bolso favorito, no hizo más que aumentar las especulaciones.
'Es primavera'
Tal fue el revuelo que un portavoz de la Cancillería tuvo que aclarar, extraoficialmente: "Bueno, es primavera y a todos nos gusta un poco más de color en esta época del año ¿no?". El diario 'Bild Zeitung', que no se quedó satisfecho con esta explicación y consciente de que un bolso dice mucho de la mujer que lo lleva, consultó al psicólogo Anfred Gebert para que tradujese el mensaje subliminal que Merkel nos hacía llegar con su bolso o, al menos, para que hiciese un retrato robot de la psicología femenina correspondiente a su elección. Y lo que Gebert diagnosticó fue que el Longchamp naranja denota carácter de ganador y corresponde a una mujer que efectúa grandes compras y de psicología muy estructurada, que suele seguir un proceso muy determinado y ambicioso y que suele ser una mujer de éxito.
Hoy nos consuela saber que, siempre según Gebert, "las mujeres con un Longchamp naranja colgado del brazo no temen asumir responsabilidades propias e incluso de otros". Y, además, "se trata sin duda de alguien comunicativo y alegre, dispuesto a ser rompedor y a sorprender a quienes le rodean y que posiblemente busque la atención de los otros sin saber muy bien cómo lograrlo". Y, como hemos visto, desde mayo hasta hoy, Merkel no se ha separado de su bolso.
Extraído de El Mundo (Rosalía Sánchez)