La regla de oro es dejarse sorprender. "El único secreto es probar y probar hasta dar con el tocado perfecto", dice. Además, aconseja innovar y dejar atrás las ideas preconcebidas. "Sueño con el día en que bajemos a comprar el pan con un tocado", bromea. Eso sí, consiguiendo el equilibrio y sin recargar demasiado el ‘look’. Por ejemplo, acompañándolo de un vestido neutro y combinándolo con el resto de complementos.
Una forma divertida de lucirlo en cualquier evento es llevándolo a juego con nuestro acompañante. Ana María recomienda tener en cuenta el color del vestido, el chaleco y la corbata. "Siempre da un toque de complicidad".
Otra de las claves es saber colocarlo. La mayoría de los tocados están creados para lucirse en dos posiciones. "Alguna vez los he visto puestos al revés y me da mucha rabia porque pierden toda su esencia", asegura. En Mimoki, marca artesanal de accesorios "especializada en tocados de ensueño", se pueden adquirir a medida. También pueden alquilarse por un precio entre los 45 y 60 euros.
Al contrario de lo que pueda parecer, según la experta el tocado es un complemento que puede lucirse todo el año, adaptando los tejidos a cada estación. "Las rafias y linos son perfectas para el verano y los fieltros, terciopelos, sedas y plumas de caza son los materiales estrella en el invierno". Y añade: "¡Lo más importante es volver perfecta y ‘tocada’ a casa!".
Extraído de El Mundo