Oro en el Gran Bazar. | I.U.T.
- Los bazares históricos buscan unirse en una plataforma común internacional
- En el Gran Bazar, dos toneladas de oro cambian de mano cada día
- Louis Vuitton y Burberry esperan para conseguir una tienda en este laberinto
Fue, probablemente, la primera zona franca del planeta, lugar destinado por el Imperio Otomano a comerciantes de todas partes, liberados del régimen aduanero habitual y no sometidos al control administrativo. "Esta tradición se mantiene", asegura Ali Uslu, gerente de la empresa de comunicación Beze Group. "El Estado no entra a controlar al Gran Bazar, que se sigue rigiendo por sus propias normas internas. De hecho, el 15 por ciento de los negocios ni siquiera están registrados y no hay forma de saber a quién pertenecen. El 90% de las tiendas no admite tarjetas de crédito y exige pagar en efectivo. Son rebeldes en un mundo globalizado".
Pero este anacronismo puede convertirse en una fuerza vital, cree Uslu, que acaba de lanzar el proyecto Plataforma Mundial de Bazares Históricos, que busca federar a estructuras similares en diez países, de Marruecos y Túnez a Yemen, Siria e Irán pero también a Macedonia y Bosnia. El intercambio de información, experiencias y modelos comerciales puede favorecer a todos, predice Uslu. "El bazar de Bascarsija en Sarajevo realiza un festival nocturno, una idea brillante. El de Khan Khalil en El Cairo no cierra ni de madrugada... Podemos comparar modelos y Estambul hará de puente entre culturas alejadas, de Yemen a los Balcanes".
Junto a su arquitectura del siglo XV, el Bazar ha conservado un rasgo otomano desaparecido del resto de Turquía: probablemente entre el 15 y el 20% de los comerciantes sean turcos no musulmanes: griegos, armenios, judíos... estima Uslu, cuando en la población general, las minorías religiosas apenas llegan al 1%. Eso sí, los edificios están en urgente necesidad de renovación, un trabajo que costará 70 millones de euros y se realizará de noche para no interrumpir el negocio y de forma totalmente manual.
La renovación podrá cambiarle la cara al Gran Bazar en más de un sentido. Varias grandes marcas hacen cola para conquistar un espacio en el interior de la arcaica estructura. El líder del diseño de moda turco, Vakko, ha confirmado su interés, al igual que el gigante suizo de los supermercados Migros, que pide "un rincón de 40 metros cuadrados", según el diario Radikal: una cuestión de prestigio, un escaparate para captar la mirada de los entre 250.000 y 400.000 visitantes que pasan cada día por el Bazar. Uslu confirma que también Louis Vuitton y Burberry están haciendo cola.
¿No será un estropicio? ¿Introducir logotipos modernos no dará al traste precisamente con la imagen histórica que la Plataforma quiere conservar? No necesariamente, cree Uslu: "Hay muchas tiendas en el Bazar que venden baratijas para turistas o camisetas de recuerdo, y desde luego los hay que venden bolsos de Louis Vuitton falsificados, como en casi todos los bazares del mundo. Ya que estamos, Turquía se podría permitir el lujo de ofrecer los auténticos...". Eso sí, ¿pagarán los clientes en efectivo?
Extraído de El Mundo (Ilya U. Topper)