miércoles, 15 de junio de 2011

Ascot: 300 años de extravagantes sombreros


Vivienne Westwood Royal Ascot Campaign 2011




Las carreras de Ascot llegan un año más cargadas de extravagantes sombreros. En su 300 aniversario, el desfile de las invitadas se convierte en el momento protagonista de esta ineludible cita deportiva en Inglaterra. La reina Isabel II ha sido la encargada de dar el pistoletazo de salida a un evento más famoso ya por sus estilismos que por el desarrollo y resultado de las carreras de caballos.


Ascot celebra este año su 300 cumpleaños y lo hace con unas invitadas que, año a año, sorprenden con sus famosos sombreros. Este 2011, el tercer centenario no podía ser menos y parece que las inglesas han puesto toda la carne en el asador para no pasar desapercibidas.


Desde las pamelas tamaño XXL en colores flúor hasta sombreros que más bien parecen tartas de bodas. Todo tiene cabida en las carreras de Ascot con tal de convertir este tradicional complemento en el protagonista de todas las fotos. Los colores nudé y los detalles de flores y lazos se hacen con los tocados de muchas de las invitadas hasta el punto de robarles todo el protagonismo.

Hasta los propios caballos pueden saltar del hipódromo a los sombreros, tal y como puede verse en algunas de las imágenes de la carrera. Sin embargo, y aunque las extravagancias parecen exclusivas de las mujeres, algunos de los hombres invitados también optan por llamar la atención con sus sombreros de copa. Globos, caramelos y hasta una copa de vino adornaban el de uno de los ilustres asistentes

Más discretos, los de la Familia Real inglesa que también se convierten en protagonistas. En el 300 aniversario de Ascot, la reina Isabel II acudió, como es tradicional, en una carroza junto a su marido, el duque de Edimburgo, que hace unos días celebraba su 90 cumpleaños. Con un sombrero en color verde adornado con una trenza de colores, la soberana se rodeó de gran parte de su familia.

Entre ellos, sin duda, destacaron Carlos de Inglaterra y Camila. La pareja, que ya ha convertido esta cita en una tradición, se puso sus mejores galas. Camila, esta vez, optó por lucir una gran pamela ladeada en color blanco roto. Aunque grande, la duquesa de Cornualles fue de las más discretas del día. Un sombrero y un vestido ya conocidos pues fueron los mismos que lució durante  la boda del príncipe Guillermo y la princesa Catalina.


Sin la presencia de Guillermo y Catalina, las princesas Beatriz y Eugenia se convirtieron en las representantes más jóvenes de la Casa Real inglesa. Con sombreros mucho más elegantes y menos llamativos que los famosos tocados de la boda real, las hijas del príncipe Andrés fueron de las mejor vestidas.













ASCOT Fotografias del recuerdo:


Ascot 1921

Ascot 1921


Ascot 1950

Ascot 1953

Reyna Madre Elizabeth y la Princesa Magaret 1967
  
Diana 

Diana 1988

Fuente: La voz Libre
Laura Villar / Fotos:GTres

Sombreros: símbolos de estatus social


Los sombreros son una prenda obligatoria en la etiqueta de la mayoría de eventos de la realeza británica. En Londres, para la boda de William y Kate, las mujeres no tuvieron como primera preocupación elegir el vestido ni los zapatos, sino el sombrero o el tocado.

El uso del sombrero en la flemática etiqueta británica alcanza su máxima expresión durante la carrera de caballos de Ascott, un evento más social que deportivo, con tres siglos de historia y en el que se reúne lo más granado de la sociedad.

Para la boda real, las mentes creativas de Phillip Tracy, Stephen Jones, Pit Hackett y Dai Rees coronaron las cabezas de una gran parte de las invitadas, ofreciendo una espectacular galería de diseños.

El sombrero, en todas las culturas ha tenido siempre un significado muy apegado al status social, además de ser un elemento de protección y también un detalle de estilo en la vestimenta.

Antes del siglo XIV, hombres y mujeres se cubrían la cabeza con diferentes adornos o tocados. Luego aparece como un complemento suntuoso, aportando rango a quien lo viste, comenzando a ser catalogados como joyas que demostraban posición social. Durante el Renacimiento era común observar trajes con mangas de gran volumen, faldas ensanchadas, ropas con tejidos tupidos muy lujosos y de suaves géneros como el terciopelo, brocados, paño y damasco, para los que no podían faltar ostentosos sombreros en juego, mientras el pueblo se contentaba con tapar sus cabezas con simples capuchas de tejidos crudos y cuero.

Uno de los diseños que más se llevó en los siglos siguientes fue el tricornio o sombrero de tres picos, que para hombres y mujeres tenía las mismas características triangulares con el ala de la frente plegada hacia la cabeza, aunque los diseños femeninos eran más adornados.

Las guerras y depresiones económicas influyeron en el devenir de la moda y el sombrero no pudo esquivar cambios como los que trajo la Revolución Francesa, la Revolución Obrera, la Gran Depresión o las Guerras Mundiales. Con el tiempo se fueron diseñando sombreros más conservadores, sobre todo para el hombre, que fue tomando una elegancia basada en la discreción, y también en los sombreros femeninos, apegados a la moda.

En la indumentaria tradicional, el sombrero fue esencial hasta su desaparición a mediados del siglo XX. Si en los años 50 la gente elegante era la que llevaba sombrero, eso cambia en la década siguiente, cuando se opta por ignorarlo.

Actualmente diseñadores y firmas primer nivel como Carolina Herrera, Gucci, Just Cavalli, Stella McCartney, Bimba & Lola, Benetton o Channel enfocan sus esfuerzos en relanzar el sombrero con un enfoque hacia el pret-a-porter.

Hoy, la adquisición de un sombrero de calidad y diseño como complemento de un atuendo especial, sigue siendo un lujo. Sin embargo se comienza a ver en las tiendas sombreros de verano de excelente calidad, con diseño y fabricados en fibras naturales como la rafia o materiales sintéticos, asequibles para cualquier bolsillo, y sombreros de invierno fabricados en ante, cuero o cachemir.

En América Latina son muy puntuales las ocasiones en las que se recurre a su uso, siendo las más habituales la playa, cruceros, caminatas al aire libre y fiestas donde se sugiere como parte del “código de vestimenta”.

Sin dudas, es notable el desconocimiento sobre cómo recuperar, vestir y con qué combinar un sombrero. ¿Será quizá esto lo que limite a las personas al momento de optar por este complemento clásico y de estilo?

Marianela Lacayo
Publicado en Revista Fashion & Life mes de junio 2011
http://www.flmagazine.net/-leidos/item/106-sombreros-símbolos-de-estatus-social.html