El fallecimiento de Jesús del Pozo no implicará la desaparición de su legado, que seguirá vivo "a través de su marca y un equipo de profesionales que han sido formados por él mismo".
El creador, que luchaba desde hace varios años contra un enfisema pulmonar, murió este sábado en el Hospital de La Paz a los 64 años, dejando tras de sí una extensa carrera en la que recibió prestigiosos galardones como la Aguja de Oro (1981) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1998).
- La familia ha decidido velar el cuerpo del modisto en una ceremonia privada que se llevará a cabo este domingo en la capital. El funeral tendrá lugar el próximo mes de septiembre.Aunque en los últimos meses ya se había visto obligado a apartarse de la actividad pública, Del Pozo no abandonó ni un solo instante sus funciones como director creativo, por lo que su firma presentará una nueva colección Primavera Verano el próximo 16 de septiembre en la Cibeles Madrid Fashion Week.El diseñador abrió su primera tienda en 1974 en la calle del Almirante de Madrid, primer paso para convertirse en "una referencia de la incipiente vanguardia de la moda española", recuerda el comunicado. "Más adelante vendrían sus colecciones de alta costura, prêt-à-porter, novias, accesorios y perfumes, que se comercializan en más de 120 países", añade.Durante sus más de 36 años en las pasarelas, Del Pozo presentó sus colecciones en templos de la moda como Madrid, Barcelona, París, Tokio o Moscú, participando en más de cien desfiles entre los que se incluye la primera edición de la Cibeles Madrid Fashion Week.La contribución de Del Pozo no se limitó al diseño, sino que también fue responsable de la profesionalización del sector en España, promoviendo el nacimiento de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) y de la Fundación Jesús del Pozo, dedicada a la formación práctica de los nuevos profesionales del sector.Extraído de La Gaceta
En los inicios de la civilización, la piel y el estómago de animales servían para transportar comida y herramientas. Antiguos monumentos griegos y romanos muestran al dios del comercio, Hermes o Mercurio, portando un bolso colgado del brazo.
El cambio definitivo de estos artículos se produce en la Edad Media, al convertirse en un simple saquito colgado de la cintura, que se ocultaba entre los pliegues de las amplias faldas de los vestidos. En ellos, los hombres llevaban sus monedas, y las mujeres su espejito, sales o perfumes.
De ahí en adelante el bolso sufrirá frecuentes cambios, relacionados con la moda de los vestidos y el estilo de vida particular. En los siglos XIX y XX, durante las grandes migraciones, la gente necesita llevar consigo artículos muy preciados; con la paulatina incorporación social y laboral de las mujeres, ellas habrán de requerir espacio en su ajuar cotidiano para portar el maquillaje, un abanico, un pañuelo o las tarjetas de visitas. Aparece así el primer bolso de mano.
La empresa Louis Vuitton, considerada hoy como la marca de lujo más exclusiva del mundo, se especializó desde sus inicios en el embalaje de las toilettes de la nobleza parisina, reemplazando los grandes baúles por otros más ligeros. Algunos fueron tan especiales y exclusivos como el creado en 1932, “Noe”, diseñado en principio para transportar champán.
Otra de las marcas más importante en este ámbito ha sido Hermès, fundada en 1837, aunque inició como fabricante de sillas de montar y arneses. En 1900 produjo una alforja, exclusiva para que los jinetes llevasen consigo sus sillas de montar. En 1923, el propio Thierry Hermès diseñó para su esposa un bolso llamado “Blodie”, el primero de la historia en su línea, que luego se rebautizaría como MacPherson, en honor a la top model Elle MacPherson.
Ambas marcas han creado bolsos espectaculares, algunos muy conocidos como el Kelly, en honor a la boda de Grace Kelly con el príncipe Rainiero; el Le Trim famoso por Jackie Onassis. Otros, como el muy aceptado Birkin, surgieron por necesidades prácticas, inspirados en la cantante y actriz británica Jane Birkin, quien solía llevar una cesta de mimbre porque allí sí cabían los biberones y artículos de su bebé.
Casas como Christian Dior, Chanel, Moschino, Catherine Baumann, Ungaro, Paul Smith o Lulu Guinness han mostrado la herencia de las creaciones de los pioneros, como Elsa Shciaparelli, diseñadora arriesgada y extravagante, creadora del bolso bandolera.
En la actualidad existen infinitas opciones de materiales y diseños, y se toma muy en cuenta cómo se emplea cada bolso; además, cada día son más los hombres que suman a su look un bolso que cumpla con sus necesidades y estilos de vida. No en vano decía Christian Dior en su libro “Little Dictionary of Fashion” (1954): “Puedes llevar el mismo vestido de la mañana a la noche, pero para ir perfectamente arreglada, no puedes conservar el mismo bolso”.
El cambio definitivo de estos artículos se produce en la Edad Media, al convertirse en un simple saquito colgado de la cintura, que se ocultaba entre los pliegues de las amplias faldas de los vestidos. En ellos, los hombres llevaban sus monedas, y las mujeres su espejito, sales o perfumes.
De ahí en adelante el bolso sufrirá frecuentes cambios, relacionados con la moda de los vestidos y el estilo de vida particular. En los siglos XIX y XX, durante las grandes migraciones, la gente necesita llevar consigo artículos muy preciados; con la paulatina incorporación social y laboral de las mujeres, ellas habrán de requerir espacio en su ajuar cotidiano para portar el maquillaje, un abanico, un pañuelo o las tarjetas de visitas. Aparece así el primer bolso de mano.
La empresa Louis Vuitton, considerada hoy como la marca de lujo más exclusiva del mundo, se especializó desde sus inicios en el embalaje de las toilettes de la nobleza parisina, reemplazando los grandes baúles por otros más ligeros. Algunos fueron tan especiales y exclusivos como el creado en 1932, “Noe”, diseñado en principio para transportar champán.
Otra de las marcas más importante en este ámbito ha sido Hermès, fundada en 1837, aunque inició como fabricante de sillas de montar y arneses. En 1900 produjo una alforja, exclusiva para que los jinetes llevasen consigo sus sillas de montar. En 1923, el propio Thierry Hermès diseñó para su esposa un bolso llamado “Blodie”, el primero de la historia en su línea, que luego se rebautizaría como MacPherson, en honor a la top model Elle MacPherson.
Ambas marcas han creado bolsos espectaculares, algunos muy conocidos como el Kelly, en honor a la boda de Grace Kelly con el príncipe Rainiero; el Le Trim famoso por Jackie Onassis. Otros, como el muy aceptado Birkin, surgieron por necesidades prácticas, inspirados en la cantante y actriz británica Jane Birkin, quien solía llevar una cesta de mimbre porque allí sí cabían los biberones y artículos de su bebé.
Casas como Christian Dior, Chanel, Moschino, Catherine Baumann, Ungaro, Paul Smith o Lulu Guinness han mostrado la herencia de las creaciones de los pioneros, como Elsa Shciaparelli, diseñadora arriesgada y extravagante, creadora del bolso bandolera.
En la actualidad existen infinitas opciones de materiales y diseños, y se toma muy en cuenta cómo se emplea cada bolso; además, cada día son más los hombres que suman a su look un bolso que cumpla con sus necesidades y estilos de vida. No en vano decía Christian Dior en su libro “Little Dictionary of Fashion” (1954): “Puedes llevar el mismo vestido de la mañana a la noche, pero para ir perfectamente arreglada, no puedes conservar el mismo bolso”.
Marianela Lacayo