Una pasarela de trazo rojo fuerte avisaba que el desfile tendría connotaciones pictóricas. Según John Galliano, esta temporada Dior Alta Costura del próximo verano 2011 está inspirada en el trabajo del icónico ilustrador René Gruau.
Bajo una elocuente banda sonora que no para de repetirse en los 15 minutos que dura el desfile, suena "Our time" de Amanda Jensen, como si de una declaración de intenciones se tratase. Porque son tiempos de crisis, sí pero para el prisma de la 'couture' no hay vientos que la destrocen. Ella es altanera y sale viva de cualquier envite. Así lo entienden en la firma francesa y, para muestra, un puñado de pliegues, los que desbordan su colección, tanto en las piezas de arriba (blusas abanico, mangas gigantes, solapas corola) como en las voluptuosas faldas construidas entre decenas y decenas de metros de tul. Un canto a la algarabía.
Las líneas elegantes de Gruau capturan la esencia de Dior donde los exagerados volúmenes se mueven al compás de la mujer exaltando la espontaneidad de la línea ilustrativa y creando una silueta de elegancia que no parece entrañar esfuerzo. Menudo trabajo el del director artístico de la casa.
En el museo Rodin, ante 900 personas, las 32 salidas encandilaron a la grada entre un mar de degradés de tules de claro a oscuro, que pasaba de los violáceos al vainilla o del gris al tostado, como las técnicas pictóricas en organza de seda pura, evocan la intensidad y la sombra de la aguada paleta del ilustrador.
Dibujos de grafito y contornos de tinta evocan un nuevo espíritu a través de generosas capas de tul, con plumas de avestruz "pinceladas" y bordados iridiscentes para crear un efecto virtuoso, de claroscuro sombreado, que nos lleva al Renacimiento y la Alta Costura contemporánea. Son piezas de fantasía, rotundos vestidos de noche de largas colas y ademanes teatrales los que manejan las maniquíes, al igual que el estilismo de su maquillaje, muy marcado, muy visual, todo muy estudiado.
En suma, esta visión única, junto a la amistad creativa compartida por René Gruau y el fundador de la "maison" Christian Dior revela una silueta sin esfuerzo, moderna y más inspiradora que nunca a ojos de Galliano. Tras la bajada del telón en el primer día de desfiles y haber presenciado semejante espectáculo, bien de podría mascullar aquella frase dirigida al César: larga vida... ¡Pero a la costura!
Extraído de El Mundo (YO DONA, Jesús María Montes-Fernández)