De Emilio Botín conocíamos sus aptitudes para alcanzar una riqueza material inmensa. Ha hecho que un banco con nombre de pequeña ciudad española circule a toda velocidad por los circuitos de todo el mundo o colgar su bandera en algunos de los más ignotos puntos del planeta.
Ahora, si analizamos gráficamente las imágenes de la reunión de Moncloa entre Rodríguez Zapatero y el G-45, veremos cómo un solo hombre es capaz de acaparar portadas en una reunión de los principales empresarios del país con el presidente del Gobierno.
Analicemos, pues, su destreza en la comunicación visual. Un terreno, en el que hay que reconocer sus méritos, o los de su equipo, que consigue posicionarlo de una forma destacada en los escenarios más diversos. Su figura no destacaría en un caso corriente. Pero en Botín eso no es un problema: sabe situarse frente a las cámaras demostrando que quién manda es él.
Analicemos alguna de las fotografías que muestran quien es este hombre en la imagen y por qué no se alcanza ese estatus de una forma casual. ¿Cómo destacar hasta monopolizar la información gráfica de una reunión de casi cincuenta empresarios y banqueros con los máximos cargos del Gobierno?
Emilio Botín baja del coche en una fotografía con varios mensajes: tirantes y corbata con el color corparativo, dinamismo caminando con paso seguro y poniéndose la americana como quien sale de casa para ir a la oficina. Aunque a la reunión acudían otras figuras con un poder similar, ninguno de ellos ha logrado acaparar tanto espacio gráfico en las páginas de los medios, gracias a esta fotografía.
El banquero ya demostró su destreza ante las cámaras cuando acudió a declarar a la Audiencia Nacional en 2007, por el Caso de las cesiones de crédito.
Botín, sentado frente a José Luis Rodríguez Zapatero durante la visita de éste a la Ciudad Financiera del Santander, en Boadilla del Monte (Madrid).
Frente a un presidente inclinado hacia adelante, como recibiendo una lección, con el cuerpo tensado, sonriendo artificialemente, Botín aparece con postura relajada, los pies cruzados y gesticulando.
El banquero ha colocado su chaqueta en otra silla, mientras que el leonés la ha dejado sobre la suya como si estuviera en los postres de una boda de segunda división. Ambos aparecen como un profesor dándole una lección a un muchachito llegado de provincias.
A la vista de la imagen, está claro cuál de ellos tiene más poder, al menos en cuanto a imagen.
Ahora, si analizamos gráficamente las imágenes de la reunión de Moncloa entre Rodríguez Zapatero y el G-45, veremos cómo un solo hombre es capaz de acaparar portadas en una reunión de los principales empresarios del país con el presidente del Gobierno.
Analicemos, pues, su destreza en la comunicación visual. Un terreno, en el que hay que reconocer sus méritos, o los de su equipo, que consigue posicionarlo de una forma destacada en los escenarios más diversos. Su figura no destacaría en un caso corriente. Pero en Botín eso no es un problema: sabe situarse frente a las cámaras demostrando que quién manda es él.
Analicemos alguna de las fotografías que muestran quien es este hombre en la imagen y por qué no se alcanza ese estatus de una forma casual. ¿Cómo destacar hasta monopolizar la información gráfica de una reunión de casi cincuenta empresarios y banqueros con los máximos cargos del Gobierno?
Foto: Alberto Di Lolli |
Emilio Botín baja del coche en una fotografía con varios mensajes: tirantes y corbata con el color corparativo, dinamismo caminando con paso seguro y poniéndose la americana como quien sale de casa para ir a la oficina. Aunque a la reunión acudían otras figuras con un poder similar, ninguno de ellos ha logrado acaparar tanto espacio gráfico en las páginas de los medios, gracias a esta fotografía.
El banquero ya demostró su destreza ante las cámaras cuando acudió a declarar a la Audiencia Nacional en 2007, por el Caso de las cesiones de crédito.
Foto: Diego Sinova |
La mayor parte de quienes llegan a los tribunales aparcan su coche con chófer en la misma puerta, muestran la tensión en su rostro y se rodean de guardaespaldas que hacen grandes aspavientos. En cambio, Botín llega caminado, solo y sonriente. Es de suponer la seguridad que le rodea, pero no se deja ver. La imagen transmite la serenidad de alguien que está diciendo: no tengo nada que temer ni que ocultar. Batalla de la imagen ganada.
Veamos otro episodio. Cómo demostrar en una foto quién manda en el país. ¿El presidente del Gobierno? Esta foto dice no.
Foto: Bernardo Rodríguez/Pool/Efe |
Botín, sentado frente a José Luis Rodríguez Zapatero durante la visita de éste a la Ciudad Financiera del Santander, en Boadilla del Monte (Madrid).
Frente a un presidente inclinado hacia adelante, como recibiendo una lección, con el cuerpo tensado, sonriendo artificialemente, Botín aparece con postura relajada, los pies cruzados y gesticulando.
El banquero ha colocado su chaqueta en otra silla, mientras que el leonés la ha dejado sobre la suya como si estuviera en los postres de una boda de segunda división. Ambos aparecen como un profesor dándole una lección a un muchachito llegado de provincias.
A la vista de la imagen, está claro cuál de ellos tiene más poder, al menos en cuanto a imagen.
Extraído de El Mundo (Blog de Ángel Casaña)