miércoles, 3 de octubre de 2012

Venezuela: La gorra de la polémica



Henrique Capriles apareció ayer en el 'talk-show' de Luis Chataing, el popular presentador venezolano que arrasa en las noches de Televen y en las mañanas de la radio. Y lo hizo con una gorra tricolor en la cabeza y un buen montón de ellas en la mano que, nada más aparecer en el estudio, empezó a lanzar al público. Un gesto que repite en cada mitin que aparece, en medio del éxtasis colectivo. Como ayer en Anzoátegui, donde cientos de sus seguidores saltaban y se empujaban para capturar las que su líder les lanzaba.
Es una gorra normal, de ésas que sirven para cubrirse del sol y que tanto les gustan a los latinos. Un lateral es amarillo, el otro rojo, y en el centro ocho estrellas blancas y el escudo nacional venezolano bordados sobre fondo azul. Una interpretación libre de la bandera de la República de Bolivariana de Venezuela que irrita al chavismo. Y precisamente porque la prenda es una recreación de un símbolo patrio, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela le prohibió en agosto al candidato opositor utilizarla en sus actos públicos.
"Observamos que, habiéndose hecho los exhortos sobre el uso de símbolos patrios en la campaña, uno de los candidatos aún aparece de manera reiterada haciendo uso de los mismos en una abierta desatención e inobservancia", dijo en agosto la vicepresidenta del CNE, Sandra Oblitas.
Sin embargo la absurda prohibición, a la que Capriles hizo caso omiso, logró el efecto contrario. El árbitro electoral consiguió dotar de un símbolo a un heterogéneo movimiento de oposición que había nacido poco antes sin señas de identidad y que empezaba a recorrer el país en pañales para darse a conocer. Dos meses después, el país se divide entre los que utilizan camisetas rojas, símbolo del chavismo, y los que lucen gorra con la bandera.

'Por fin tenemos un símbolo'

"Durante su periodo al frente de la Gobernación, Henrique siempre aparecía con la gorra, no sólo la tricolor, también la de los bomberos, los policías, la Vinotinto. La maldita gorra le tapaba la cara, ¡la verga de la gorra!, nos quejábamos nosotros. Y fíjate ahora con la gorra, por fin tenemos un símbolo", detalló a ELMUNDO.es uno de los asesores del candidato.
El CNE no pudo prohibir la gorra ni reprimir la socarronería venezolana, que pronto llegó a la calle. "La prohibida, la prohibida, la prohibidaaaaaaaaaa". Los buhoneros (vendedores ambulantes) serpentean entre el caótico tráfico de Caracas ofreciendo a los conductores la famosa gorra al precio de 150 bolívares (unos 30 dólares al cambio oficial). En los últimos meses han triplicado su precio y ha remplazado en los puestos ambulantes a los tradicionales CDs pirata o las raquetas mata moscas.
"Lo más importante de esto no es la gorra o la camisa o tal. Lo más importante es el fondo de este asunto. Es decir: el comando burgués desconoce las instituciones", protestó el presidente Hugo Chávez en agosto. "Ese reto al árbitro descubre la intención burguesa de la desestabilización, de la violencia y del golpismo", añadió Chávez, quien luce habitualmente prendas deportivas con la bandera venezolana en sus apariciones en televisión.
"Se venden full", afirmó una buhonera de Caracas. "Esta semana nos la subieron de precios, pero las ventas no bajan", señala con varias de ellas en la mano. "Hay días que vendo entre 10 y 15", explica.
Paralelamente en la acera de enfrente, en la zona Este de Caracas, 'El intumbable', un muñeco hinchable de dos palmos de altura con la cara de Chávez que nunca se cae por más golpes que se le de, ya no se vende como antes. Si las ventas callejeras son un termómetro electoral, la calle ya eligió presidente.
Extraído de El Mundo (Jacobo G. García / Daniel Lozano)

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