Casi desde que se ejecutó a Maria Antonieta todas las francesas sin excepción han estado cometiendo sin saberlo un acto revolucionario, ilegal y subversivo. En 1800 hubieran sido encarceladas. Hoy el delito masivo se perpetraba de manera inconsciente. Hasta el pasado jueves llevar un pantalón estaba prohibido para las mujeres, a menos que pidieran autorización a la prefectura policial. Así lo reflejaba una ley neolítica que data de hace dos siglos y que París acaba de aniquilar.
Esta "ordenanza sobre el travestismo de las mujeres" fue aprobada el 7 de noviembre de 1800 y prohibía a las féminas calzar esta perturbadora prenda sin el permiso de las autoridades. "Toda mujer que desee vestirse como un hombre debe presentarse en la Prefectura de la policía para obtener autorización", decía el papiro.
La ley se aprobó como reacción a la moda de llevar pantalón tras la Revolución Francesa. La aristocracia llevaba 'culottes' (calzas cortas y ajustadas), mientras que la clase popular portaba la prenda masculina como símbolo de rebelión. En 1892 y en 1909 se suavizó el veto y se autorizó la prenda para las mujeres que sostuvieran en la mano "un manillar de bicicleta o las riendas de un caballo".
Desde entonces, las galas 'alborotadoras' se han saltado alegremente la ley. Hasta que el pasado verano un lúcido senador del UMP decidió legalizar también sobre el papel la vestimenta de sus compatriotas mujeres y pidió al Ministerio de la Mujer que aboliera esta normativa prehistórica al considerarla "incompatible con los principios de igualdad entre hombres y mujeres" inscritos en la Constitución.
Pieza arqueológica
Ya anulada, la ley arcaica ha pasado a ser una "pieza de archivo, que será conservada como tal por la Prefectura de París", dice el boletín oficial del Senado. En el año 2010 un grupo de políticos del partido ecologista ya había tratado de eliminar la ley de los registros, pero se encontró con la sorprendente resistencia de la Prefectura, que consideraba una pérdida de tiempo retirar esta "pieza de la arqueología judicial" de sus ficheros.
La Prefectura parisina no se caracteriza por su talante liberal precisamente, pues el pasado verano emitió una polémica circular que prohibía las "vestimentas indecentes" en las bañistas que buscan aire fresco en las playas artificiales del Sena.
En este caso el problema no era el pantalón sino la ausencia de atavíos. El documento amenazaba con multas de entre 38 y 3,75 euros a las bañistas que hicieran 'top less' o no fueran lo suficientemente tapadas. También a aquellas que, con su comportamiento ambiguo, dieran a entender que buscaban clientes en la arena parisina. "Toda actitud que deje entrever partes genitales o el pecho constituye un acto de exhibición sexual, punible con un año de prisión", señalaba la circular.
Ayer el biquini y hasta hoy el pantalón, hace unos meses fue la falda la prenda proscrita. La polémica la crearon un grupo de chicas que decidieron celebrar el Día de la Mujer yendo a clase en minifalda. La dirección del centro escolar las mandó a casa a cambiarse para "protegerlas ante posibles reacciones de sus compañeros varones".
Con tantos matices, el momento de abrir el armario será un infierno para muchas galas, aunque afortunadamente, como ya no es ilegal, ahora podrán vestirse a lo 'garçon'.
Fuente: El mundo
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