Una costumbre es un
hábito adquirido por la práctica o repetición de una acción. Esto es lo que
muchas mujeres suelen hacer al vestirse para asistir a sus actividades, usando
atuendos que no las convencen de proyectar realmente lo que quisieran.
No es fácil encontrar
un estilo que nos defina, ya que generalmente estamos influidos por la
imitación de modelos que hemos tenido en nuestra vida o por modas que copiamos literalmente.
Para romper con este mal hábito, es importante salir de nuestra zona de confort
y saber adaptarnos a las nuevas etapas de la vida, retos profesionales y
abrirse a nuevas opciones con madurez y criterio.
Si sentís que no hay
un cambio evidente de esa mujer de casa a la profesional y a la social, es el
momento de hacer una revisión del armario para separar prendas de vestir para
el look cotidiano, relajado, cómodo e informal de las prendas que deben
mostrarte casual pero con personalidad y te permitan estar siempre bien vestida
y presentable, y tratando de no repetir demasiado. También, identificar las prendas
un poco más llamativos pero elegantes que sólo deben usarse para esas actividades
muy formales.
Actualizate con
nuevos cortes de ropa, usa en complementos y accesorios esos colores que nunca
te has atrevido a vestir en la ropa, descartando todo lo que se vea como pasado
totalmente de moda.
Poco a poco, y en
ocasiones especiales, probá con otros estilos. Si solés ser clásica, agregá toques
modernos en los accesorios; si sos romántica, escogé prendas más clásicas o
creativas con accesorios románticos. Si sos relajada, producite más con el
maquillaje, cabello o una prenda que refleje bien el cambio.
Marianela Lacayo
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