Según los últimos datos publicados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2013 había 168 millones de niños trabajando lo que, según la propia OIT, priva a los más pequeños de su niñez y su correcto desarrollo mental, físico y social.
Por fortuna, cada vez son más los movimiento sociales que nacen para denunciar estas prácticas y acabar con ellas. Hoy nos fijamos en Child Labor Free, una organización sin ánimo de lucro/campaña que nace en Nueva Zelanda con el objetivo de crear una etiqueta que acredite a aquellas firmas que, tras someterse a una auditoría independiente a cargo de la consultora Ernst & Young, puedan asegurar que ni ellas ni sus proveedores han utilizado mano de obra infantil en su proceso de producción.
“De la misma manera que buscamos el sello ‘cruelty free’ en los productos de belleza y buscamos productos ‘orgánicos ‘ en nuestros supermercados, creemos que ‘Libre de trabajo infantil’ necesita convertirse en un estándar reconocido a nivel mundial”, afirma el director general y fundador de Child Labor Free Michelle Pratt.
La organización, creada por diseñadores neozelandeses como Hailwood, Kate Sylvester o Stolen Girlfriends Club y el apoyo de UNICEF y de la agencia de publicidad Saatchi & Saatchi, está actualmente trabajando en una fase piloto del sello que verá la luz a finales de agosto, coincidiendo con la Semana de la Moda de Nueva Zelanda.
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