jueves, 6 de octubre de 2011

El cambio de Cristina Kirchner

La vida de Cristina Fernández ha cambiado notablemente en los últimos años, algo que la mujer fuerte de la política argentina ha reflejado, también, en su estilismo.


Poco o nada queda de aquella mujer de tacones de infarto e indumentaria de colores estridentes que se presentaba como candidata a la presidencia Argentina en 2007. Entonces, Cristina Fernández se postulaba como posible sucesora de su marido, Néstor Kirchner, y la opinión pública centraba en ella sus críticas, no siempre positivas, al tiempo que analizaba cada uno de los 'looks' elegidos para la campaña.


En aquellos años su armario rebosaba color, trajes de chaqueta de corte entallado e inspiración 'Chanel', 'stilettos', complementos a juego con cada modelo, abrigos vistosos, collares, pendientes... Todo aquello que hacía de ella una candidata algo 'peculiar' que se alejaba de la tradicional imagen de política 'clásica' y seria.


Pese a las críticas, Fernández se hizo con el poder, sucedió a su marido y durante tres años permaneció fiel a un estilo que paseó por los circuitos políticos internacionales. Pero 2010 trajo consigo un duró revés para la 'argentina de hierro', la muerte de su marido. Ese momento supuso un punto de inflexión en su vida que se reflejó, cómo no, en su estilo. Los colores, estampados, joyas y tacones pasaron a un segundo plano y un luto riguroso se instaló en su vida. Ahora, Argentina vuelve a estar en periodo electoral y la presidenta, y gran favorita, muestra un lado mucho más serio y sobrio que en 2007.


Según ha explicado el experto en protocolo Damián Faccini a EFE, la presidenta también ha sabido innovar en esta etapa: "Tuvo un luto muy formal en los primeros seis meses y ha evolucionado a medida que se acerca el primer aniversario de la muerte de su esposo, con apertura en el cuello y los hombros, escotes, algún collar de perlas y algún ribete blanco". Asimismo, ha apuntado hacia dónde evolucionará su nuevo estilo: "Irá abriendo mangas, soltando el cuello y acercándose a tonos pastel, porque un cambio brusco puede resultar violento para la percepción pública".


Extraído de El Mundo (Yo Dona) (Natalia G. Hermosín)

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