El mundo laboral actual es cada vez más competitivo y por ende exigente. Trabajamos en mercados glocales (global/local) liderados por empresas nacionales y trasnacionales con lineamientos de excelencia, alta calidad en sus procesos y exigencia en las capacidades. Estructuras que requieren desenvolvimiento de sus colaboradores para lograr mantener la organización con el enfoque deseado, y que además necesitan que proyecten una buena imagen y se comporten de acuerdo a la cultura y filosofía de dicha empresa.
Quien esté inmerso o con planes de entrar al mundo laboral debe tomar control de su imagen, misma que debe ser parte de su preparación profesional, basándose en la proyección y metas que quiera lograr.
Al fin y al cabo, esta será una herramienta que le ayude a abrir puertas.
El conocimiento, así como el uso de la etiqueta y los modales profesionales, complementan al líder actual y lo ayudan a ser sociablemente aceptado en cualquier entorno, de negocios o político, tanto a nivel local como internacional.
Los elementos claves que conforman la imagen personal y profesional son muy variados y es usual que los ejecutivos se asesoren con especialistas en protocolo e imagen, a fin de mejorar su estilo de vestir, comunicación gestual y pautas de liderazgo que complementan el management, gracias al conocimiento y la aplicación con criterio del protocolo.
De entre todos podemos destacar:
Primera Impresión. Los aspectos externos como, el peinado, atuendo, colores, aseo, expresión corporal, porte, fragancia, sentido del tono de voz, cadencia, el timbre de voz, son percibidos por las personas a nuestro alrededor en un 93%, sin embargo son a los que menos importancia damos generalmente.
Modales. La educación ha sido siempre un factor diferencial que ha separado las clases sociales, mucho más que el propio dinero. Necesitamos comportarnos como seres humanos sociales y cultivar nuestros modales, comportamiento y respeto, tanto en nuestra vida personal como en el ámbito profesional.
Comunicación y empatía. La imagen es comunicación personal de los talentos y capacidades, de la educación y nivel social, de la forma de pensar, de lo que se siente y de la misma personalidad, así como de los defectos. A través del manejo de la inteligencia emocional se logra el manejo y control de las emociones, apoyándose también en la capacidad de generar empatía, lo que nos ayuda a intuir, tolerar y comprender situaciones y permite una mejor relación con las demás personas.
Confianza. La imagen personal es clave para aumentar la confianza y la seguridad en uno mismo. Dentro del mundo empresarial, el conocimiento del protocolo de negocios y el cuidado personal, la higiene, la vestimenta y el lenguaje no verbal son claves para garantizar nuestro crecimiento como profesionales.
Marca personal. Todos los seres humanos somos dueños de una marca personal que podemos hacer crecer, que podemos dejar que se estanque y que incluso podemos perder. El tiempo pasa, cambiamos de empresa, de proyecto, de hábitos, pero siempre viviremos asociados a una marca personal en la que debemos invertir. Aquí se reúnen todos los aspectos mencionados antes.
En la marca personal, es elemental que un hombre de negocios respetable siempre cuide su higiene personal, sin importar si en sus citas tratará con más hombres.
La pulcritud incluye el peinado, salud de la piel, aroma, aliento, manos y uñas recortadas, manejo correcto de barba, cejas y bigote, etc.
El estilo en la vestimenta debe ser un aliado en los objetivos, de manera que para lograrlos se debe definir el correcto y lucirlo. Siempre se debe usar ropa que favorezca los tonos naturales de cada uno, que refleje su personalidad, que sea apropiada, actual y que proyecte autoridad, elegancia, distancia, cercanía y creatividad, según lo que desee. Es obligatorio tener conocimiento de sistemas de colorimetría que nos permitan conocer la armonía entre las características de nuestros ojos, cabello y tono de piel y los colores correctos que llevar en combinación y sobre todo cerca del rostro. Si lo hacemos, al final se logrará una apariencia, fresca, saludable, con luz y vida.
Los colores neutros son muy importantes y en esta temporada las tendencias marcan el uso de trajes más claros, tanto en la oficina como el ocio. Sobre todo basándonos en que el clima de Panamá hace más adecuado el uso de vestuario menos oscuro y telas más frescas.
Las tendencias más formales para trabajar también apuntan a utilizar chaquetas o sacos de colores más claros, remplazando el negro por gris oscuro, claro, azules, café, beige y tonos nude. Dependiendo de la actividad que se realice, se optará por un estilo más formal o casual y lo que hará la diferencia será el tipo de tela, diseño y estampado que se vista. Combinados con camisas de tonos lisos, con motivos y estampados.
Si el vestuario es casual, recomiendo la combinación de camisas clásicas, manga larga o corta, de estampados clásicos (raya, cuadro o motivos diferentes y ejecutivos), o camisas tipo polo, en combinación, ya sea con pantalones de tela casual que se llevan en la gama suave de colores como celeste, gris, caqui, crema, o jeans en la gama de azul más oscuro (índigo), así como el negro.
En la oficina, para modernizar la vestimenta, se lleva un estilo muy marcado de chaquetas con diferentes estampados, sobre todo el cuadro, y pantalón casual o formal de tono liso, con pliegues para los más esbeltos y delgados y sin ellos para los de cadera ancha. En esta misma línea, vestir combinaciones de chaqueta más oscura con camisa y pantalón en colores claros es una excelente apuesta para días casuales de oficina.
Para eventos formales además se están rescatando estilos retro en accesorios, como el pañuelo de seda para la bolsa de pecho del saco y el corbatín, o en diseños de motivos que den vida al atuendo. Otro accesorio a tono para los que les gusta hacer la diferencia es tener unas gafas de pasta gruesa, tipo Tom Ford.
Marianela Lacayo
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