Un lío de barbas agita los cuartelillos en la tierra de los faraones. La pasma egipcia, consumidora del mostacho a imagen del legendario Gamal Abdel Naser, ha cambiado el chip. Varias decenas de agentes, expedientados por las autoridades, litigan en los tribunales para lucir la facha barbuda del profeta Mahoma.
"Es una sunna (recomendación de Mahoma) y todos los musulmanes, ya sean policías o militares, deben dejarse la barba. Estamos en un tiempo de libertades personales y no existe ley que lo impida", explica a ELMUNDO.es el teniente de la policía Yaser Gomaa. La determinación estética de este joven de 30 años es impermeable incluso a lasuspensión de seis meses de empleo y sueldo que le impuso un comité disciplinario del Ministerio de Interior.
Otros 70 polizontes han corrido su misma suerte. Y unos 1.500 oficiales, más cautos, habrían solicitado el plácet para mudar de imagen. Las autoridades se oponen alegando que la apariencia física de los agentespodría intimidar a la minoría copta, que representa el 10% de la población. "Estoy convencido de que la mayoría de la sociedad nos acepta con barba. El problema está en la minoría a la que no le gusta practicar el islam", afirma el coronel Mohamed Fadli.
Convertida en batalla judicial, la controversia ha cosechado veredictos contradictorios. Si la Corte Administrativa de El Cairo avaló el envío a galeras decretado por la cúpula policial, tres salas provinciales se han pronunciado a favor de la reincorporación inmediata de los agentes sancionados. Fadli, de 28 años, es uno de los primeros afortunados y volverá pronto a patrullar las calles de Tanta, una ciudad industrial del Delta del Nilo.
"Si el presidente y sus ministros son barbudos, ¿por qué razón no podemos serlo nosotros?", se pregunta el oficial Ahmed Hamdi, coordinador de la Unión de Policías Barbudos que lleva meses manifestándose en la capital egipcia. "Es falso que exista una norma que vete la barba. Los agentes siempre han llevado bigote y cejas", argumenta.
Y, por si hubiera dudas, el oficial de 26 años agrega: "Es un símbolo de nuestra fe y debería ser una cuestión de libertad personal ¿Se les prohíbe, por ejemplo, a los policías españoles llevar una cruz?". Para los protagonistas del conflicto, la victoria judicial ayudaría a recuperar el crédito del cuerpo, bajo mínimos tras décadas en las que la ley de Emergencia fue un cheque en blanco para los arrestos arbitrarios, la tortura y la corrupción.
"El pueblo egipcio sabe que un barbudo es un hombre religioso y respetable, que cumple con su trabajo y no cometerá los pecados del pasado", señala Hamdi. Su reivindicación coincide con la llegada al palacio presidencial de Mohamed Mursi, un miembro de los Hermanos Musulmanes que en menos de 100 días de mandato ha iniciado lo que para las voces críticas es una acelerada islamización del Estado.
Con el viento favorable del nuevo tiempo, la repulsión por la cuchilla de afeitar no solo ronda las comisarías. También vuela en la aerolínea estatal Egyptair, donde su personal de cabina ha demandado por idéntico motivo a la dirección. La compañía de bandera se resiste a la metamorfosis pero ya ha dado luz verde para que las azafatas puedan llevar 'hiyab' (pañuelo), poco después de que la televisión pública también fulminara el tabú. "El debate no es el velo o la barba sino la libertad y la igualdad", apunta a este diario Fatima Nabil, la primera presentadora con 'hiyab' de los informativos estatales.
Extraído de El Mundo (Francisco Carrión)
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