Un gran acontecimiento para este otoño: Mademoiselle Longchamp se presenta como el nuevo besace, afirmando con convicción su fiel estilo de inspiración francesa.
Elegante, pero a la vez atrevido, nunca antes habíamos visto un bolso tan espontáneo y natural en Longchamp.
Basta con observar el delicado trabajo del cuero, que combina y contrasta una piel de vacuno excepcional, cargada de energía y sensualidad, con un juego de perforaciones que dan lugar a un diseño muy contemporáneo. Una línea absolutamente sólida, dirigida a una mujer independiente, que se siente bien consigo misma y que está preparada para recorrer el mundo. Los detalles del emblemático cierre de los accesorios de sus dos bandoleras son el sello de identidad de un modelo excepcional. Una oda, en forma de sello de cera esmaltado, que simboliza la calidad y la autenticidad ligadas al savoir-faire de la Maison Longchamp.
La gama de colores marca el ritmo de la temporada: un negro elegante, un gris delicado, un coñac cálido o un mimosa solar.
Inspirado en las protagonistas de los años setenta, este besace podría encontrarse perfectamente en el hombro de Jane Birkin o de Françoise Hardy... dos mujeres convertidas en iconos por su amor por la libertad y sus deseos de independencia. Hoy, podemos imaginarlo en el brazo de una parisina tan impulsiva como apasionada: un bolso urbano que se lleva cruzado durante el día, y que se cuelga con sutileza al hombro de noche para convertirse en un accesorio sumamente elegante. Ya no hace falta volver a casa después de una larga jornada: Mademoiselle Longchamp cultiva y prolonga a su manera la independencia de las mujeres en su conquista por una vida más fácil, libre de ataduras y absolutamente apasionada.
Estructurada y gráfica, informal y sensual, Mademoiselle Longchamp es la nueva línea de bolsos ideal para las mujeres que desean desobedecer los códigos y para quienes todo es posible.
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