lunes, 10 de octubre de 2011

El fular: Una pieza que hace la diferencia


Aunque en el mundo de los accesorios y los complementos para la vestimenta hay innumerables piezas, son pocas las que pueden aportar un extra que marque diferencias en un look. En tal sentido, el fular es uno de los complementos con mayor protagonismo y versatilidad en las últimas tendencias unisex, y que da un aire muy sofisticado a quien sabe llevarlo con estilo y distinción.
Grace Kelly daba clases de elegancia al usar fulares para el cabello y el cuello, usándolo con inteligencia para mantener siempre ordenado su cabello y al mismo tiempo enfatizar el atuendo que vestía.
Emilio Pucci, quizá el diseñador más destacado por sus pañuelos de seda con estampados vivos, fue el precursor de esta tendencia y fue seguido por firmas de la talla de Hermès y Versace, en la creación de este y otros complementos que hasta la fecha siguen siendo referencia de la moda.
Pero no necesitamos ir a la villa de los “foulards” en Francia  para hacernos con uno que defina nuestro estilo y nos dé ese toque eurochic urbano. En Panamá existen tiendas donde se pueden encontrar fulares en telas adecuadas para climas tropicales que aportarán un plus al look que queremos tener.
Entendemos que esta pieza es más indicada para las temporadas del año en las que se necesita una mayor protección contra el frío. Sin embargo, el fular ha sido, desde sus inicios, un pañuelo ligero utilizado en verano y que se ha utilizado más como adorno que para proteger del clima adverso.
Y es que, a diferencia de otros accesorios similares, como la pashimina, las bufandas o los chales, el fular tiene un tejido más ligero, cómodo y fácil de manejar, siendo un complemento totalmente compatible con nuestros atuendos diarios.
Las telas que daban forma a este complemento eran originalmente de seda liviana. Hoy se llevan en otros tejidos naturales como el algodón, hilo, chifón, cachemir, o sintéticos como la gasa y las mezclas con viscosa. Así mismo, su forma se ha ido modificando con el tiempo y han pasado a tener formas rectangulares y cuadradas de muy diferente tamaño, generalmente más cortos que una bufanda o pashimina, y con flecos anudados en las puntas como adorno.
Estilo pop art, puntos, cuadros, rayas, animal print, naive, rococó, abstractos, flores, el clásico paisley y de gráficos son algunos de los estampados que se llevan en la actualidad para los diferentes estilos y ocasiones, evitando siempre que compita con el estampado de la ropa. La mejor apuesta es optar siempre por un fular que dé protagonismo al atuendo y no que compita con él; con esto conseguiremos un look mucho más sofisticado.
No se deben dejar de lado las reglas básicas del estilo, y es que hay que recordar que las  formas corporales siempre son determinantes para el uso de las prendas y complementos a vestir. De esta manera, quien tenga el cuello corto  no deberá llevar fulares pegados ni rodeando el cuello, sino sobre el pecho o lejos de la zona de la garganta. Quien tenga cuello largo tiene toda la libertad de llevarlo de cualquier manera.
La versatilidad de los fulares nos permite llevarlo en la cabeza tipo diadema, en el cuello, con nudo o lazo, con varias vueltas o una sola, dejando las puntas hacia atrás o al frente, estilo corbata, como turbante cubriendo la cabeza y con terminación de las puntas alrededor del cuello y hasta como cinturón en la cadera.
Por Marianela Lacayo