domingo, 27 de noviembre de 2011

Animal print: la nueva pieza básica




El furor que ha causado el estampado animal las últimas temporadas ha llevado a este estilo a consagrarse como un nuevo básico en cualquier armario.

Para lucir estampado animal no se necesita vestir con una piel natural, pues los adelantos tecnológicos y textiles permiten que telas como el chiffon, la seda, el algodón y otras con mezcla de viscosa, elastano o poliéster, permitan reproducirlo con el mismo detalle sobre blusas, vestidos, pantalones o blazers .

En el caso de los accesorios, hay excelentes imitaciones sintéticas que simulan este tipo de pieles. De esta forma se hace honor a la belleza estampada de las pieles de estos maravillosos animales sin necesidad de que sean sacrificados.

Generalmente, quien viste este tipo de estampados es una mujer segura de sí misma, a quien le gusta sentirse glamorosa, elegante y en determinados casos también diva, pues este estilo es por sí solo bastante llamativo.

Por eso se debe tener cuidado si se tiene una personalidad no acostumbrada a las miradas y al impacto que se consigue vistiendo un estampado animal.

Pero, vamos a la materia, ¿cómo vestir adecuadamente este estilo?, es la pregunta del millón.

Actualmente el tipo de estampado animal en boga es el de serpiente pitón, el que proponen las firmas creadoras de tendencias en colores verdes, rosados, naranjas, morados, grises, marrones y turquesas en sus diferentes gamas, desde los brillantes hasta los más suaves, para esta última temporada del año.

La clave para combinar una prenda con este estilo de estampado es complementarla con otra pieza en tono neutro o del mismo color que predomine en el estampado.

En el ámbito laboral suele ser muy agresivo, sin embargo en accesorios es más aceptable, sin embargo, una buena combinación puede lograr una excelente imagen y hacerte ver “inn” en todo momento.







Marianela Lacayo

Burdeos, el nuevo camel


Para evitar que los estilos se vuelvan monótonos, la moda se reinventa constantemente en diseños y colores. En esta temporada observaremos un cambio en los colores neutros, y el tradicional camel, que ha sido el neutro estrella este año, será sustituido por el burdeos, un color que tiene todas las características para ser un básico permanente y lo más importante, que favorece a todo el mundo, ya sea en prendas o accesorios.


Este rojo, de tonalidades similares al vino o remolacha, emana garbo y sofisticación, por lo que es recomendable sobre todo para la noche en telas de seda, tipo lencería, transparentes, punto, encajes y raso.

Se lleva en monocolor combinado con accesorios metálicos como el oro y la plata, que son sus aliados indiscutibles para eventos importantes.

De tener que complementarlo con otros colores, los ideales son el esmeralda, el turquesa azulado, violeta, mora, frambuesa, berenjena, granate, azul o negro. Durante el día se puede armonizar además con colores “nude” o blanco.

Hombres y mujeres podrán optar por prendas y accesorios en burdeos que les aportarán versatilidad, elegancia y distinción y lo mejor es que en el caso de las mujeres, siempre contarán con mayores alternativas al vestir pero para impresionar, podrán hacerse de unos zapatos de ante, un bolso tipo clásico, labial, un vestido de noche, un pantalón, lentes o un blazer en ese color.

Las opciones masculinas no se quedan atrás, pues en el caso de los hombres, las corbatas, camisas casuales o formales, pañuelos, cinturones, marcos de lentes, fulares, zapatos, chaquetas, blazers, entre otras opciones son algunas de las piezas que podrán encontrar para su uso y renovación del look.

No se puede perder de vista que la versatilidad de los colores varía con cada tono de piel, pero no es el caso del color burdeos.





Por Marianela Lacayo

Caballero de buen vestir




Finaliza el año y comienzan a llegar las invitaciones a celebraciones especiales que requieren de una presentación diferente a la de todos los días o fiestas regulares.

Para no desentonar o parecer desinteresado por la ocasión es indispensable respetar el código de vestimenta que indica la invitación. Asimismo debemos tener en cuenta la hora y el lugar del evento para acertar con los colores y el estilo adecuado.

Durante el día es conveniente optar por colores claros y telas ligeras. Sin embargo, una actividad que inicie al final de la tarde y se extienda hasta la noche, requiere de más formalidad y el uso de colores oscuros, con algo de brillo, detalles y estilos de vestimenta tipo cóctel.

En una fiesta menos formal, generalmente entre amigos, la vestimenta casual y jovial es la más adecuada. No es necesario ir de traje, pero es recomendable el uso de una camisa de color o estilo llamativo, así como la opción de un chaleco que le dé un toque contemporáneo a tu look. Una pajarita y hasta tirantes son un complemento retro que se empieza a llevar nuevamente.

Si la etiqueta es formal debes vestir de traje o esmoquin, aunque también existen piezas como el chaqué y el frac, más rigurosos y utilizados en otros países, pero no significa que no se pueda usar en el nuestro.

Los tonos y colores ideales para una fiesta formal de noche son el negro, azul marino, gris carbón, con cierto satinado si se quiere. Durante el día también aplican los tonos más claros pero sin satinado.

Por protocolo se considera más elegante para el hombre el traje de color liso y sin estampados, la camisa blanca, que deberá siempre sobresalir media pulgada del puño de la manga, los zapatos de cordón y a tono con el color del cinturón que deberá tener una hebilla discreta. Asimismo, medias oscuras, pañuelo de seda en el bolsillo de la chaqueta, corbata a tono con el traje, con un largo y nudo correcto.

En un traje de dos o tres botones, que dejará abierto en algún momento, favorece vestir un chaleco para darle mayor elegancia. Se debe tomar en cuenta que en las chaquetas de tres botones solo se abotona el del medio y si es de dos, solo el de arriba. En caso de sentarse se desabrochará todos los botones, sea cual sea el tipo de cierre de botones.

Por Marianela Lacayo

Letizia: ¿evolución o transformación?

Cuando todavía era presentadora de informativos, Letizia tenía la cara visiblemente más 'llena'. Sus pómulos se notaban menos y su barbilla era menos afilada. El gesto también era más relajado.

El 6 de noviembre de 2003, durante el anuncio de su compromiso, Letizia ya lucía un peinado a capas y el célebre traje pantalón blanco de Armani que hizo furor. | Efe

En su boda (2004), el rostro de Letizia ya lucía más afinado y tenía un rictus mucho más tenso, una tendencia que se ha acrecentado con los años. | Gtres

Letizia siempre ha sido muy delgada. Los huesos, como muestra esta imagen tomada en mayo de 2011 en los fatos de la boda real británica, se le notan, pero no tanto como últimamente. | Gtres


La melena lisa y la sonrisa le favorecen mucho, algo que suele ser frecuente en vacaciones. No obstante, los hombros siguen siendo su punto menos favorecedor Los tirantes anchos y los foulares le quedan bien por este motivo. | Gtres
En la boda de Catalina y Guillermo de Cambridge (29 de abril de 2011) acertó de pleno con el peinado semirrecogido, el sombrero con redecilla y un vestido con mangas, una vez más, transparentes. | Gtres
Los vestidos entallados con manga francesa (transparente o de encaje casi siempre) son fundamentales para realzar su esbelta figura sin dejar al descubierto sus brazos; demasiado delgados. | Gtres
Las ondas suaves que lució durante la visita de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni a nuestro país en 2009 le favorecen mucho, ya que hacen que su cara parezca menos afilada. | Gtres
El rojo es su color fetiche y el escote palabra de honor uno de sus preferidos. Eso sí, es mejor que lo luzca con ondas en el pelo porque los recogidos, especialmente si son altos, dejan al descubierto todos los huesos de sus hombros. | Gtres
La revista francesa 'Paris Match' usó este 'look' para calificar a Letizia de "simplemente perfecta" y para ensalzar su porte de reina. El recogido con volumen y las transparencias sobre sus finos brazos, sin duda, ayudan. | Gtres

Es cierto que la postura de la princesa puede llamar a engaño, pero sus hombros apenas están cubiertos por un poco de piel y sus brazos tienen poca masa muscular. | Gtres
Extraído de El Mundo

Laura Manzanera presenta su libro "Del corsé al tanga"

Corsé de Dior de los 50, sujetador en los 70 y Herzigova con un 'wonderbra'. | El Mundo/Efe/AP


España no ha estado nunca a la cabeza en lo que a moda se refiere. Siempre hemos ido, como en casi todos los ámbitos, con retraso respecto al resto de países pero, al mismo tiempo, la moda ha tenido una relevancia especial en nuestra vida y nuestra Historia. 'Del corsé al tanga', de la periodista Laura Manzanera, repasa los últimos 100 años de la moda en nuestro país.
La autora, en declaraciones a ELMUNDO.es, describe su libro como "un recorrido por un siglo de historia de España desde la perspectiva de la moda. Un reflejo de lo mucho que hemos cambiado en nuestra forma de pensar, de vivir y, en consecuencia, también de vestir". Por ello, comienza por el corsé y aborda todas las prendas que fueron llegando a España: la enagua, los sombreros imposibles, el biquini y, cómo no, la minifalda.
Siempre se ha sabido que los niños, como la moda, vienen de París pero, a pesar de esto, también hemos tenido diseñadores patrios que han influido mucho en la forma en la que nuestro estilo se iba configurando. Así, Fortuny, Paco Rabanne, Roberto Verino o Pertegaz iban y venían con nuevos diseños que también gustaban en el extranjero y Balenciaga, al que la autora del libro considera el más influyente de nuestro país, "innovaba teniendo en cuenta el pasado y la tradición, reinterpretando la mantilla, los ornamentos en los cuadros de Goya o Velázquez, el negro riguroso de los tiempos de Felipe II...".
El hombre y la mujer nunca han estado en igualdad de condiciones en lo que se refiere a la moda. "La tradición ha obligado a los varones a trabajar fuera de casa, por eso sus trajes debían ser serios, sobrios y cómodos. Ornamentos, florituras y prendas opresoras como el corsé o los tacones quedaron para las mujeres", afirma Laura Manzanera, que también considera que "aunque en las últimas décadas este punto ha cambiado bastante, a nosotras se nos sigue exigiendo mostrar un aspecto impecable en todo momento".

De la tiranía de la moda a la tiranía de la belleza

Según pasaban los años evolucionaba la higiene, la ropa y también la forma de pensar. El corsé evolucionó y paso a llamarse sujetador, prenda que las 'hippies' se negarían a llevar y que, posteriormente, se convertiría en 'wonderbra'. Las faldas se acortaron, se alargaron, se volvieron minis, 'cinturones' y se volvieron a alargar. Con la movida madrileña, según la periodista, "los creadores españoles se lanzaron a trabajar con libertad y hasta con ayuda oficial". Además -prosigue-, "los atrevidos diseños de Raúl del Pozo o los vestidos imposibles de Agatha Ruiz de la Prada contribuyeron a aquella onda 'fashionista' y gracias a esto apareció la marca 'Moda de España'". En los 90, de una moda elitista a la que sólo unos pocos bolsillos tenían acceso, se pasó a otra que intentaba abarcarlo todo para llegar a todos los públicos.
Actualmente, parece que la moda se ha 'endurecido' y ya no aspiramos a ser (o parecer) ricos sino a querer ser, o parecer, jóvenes. "Vivimos cada vez más pendientes de nuestro 'look', que significa mirar pero también parecer. Miramos y somos mirados, y por tanto juzgados según nuestra apariencia", reconoce Manzanera. "La ropa, en general, es ahora más cómoda que en épocas pasadas, pero estamos sometidas y sometidos a otras tiranías: la delgadez y la juventud".
Según cree la autora de 'Del corsé al tanga' "lo queramos o no, hoy todos somos 'fashionistas' en potencia y todo es 'fashionable'. Desde que Zara creó, más que un estilo de vestir, un estilo de comprar, la ropa nueva y a la última se considera un artículo de primera necesidad. Somos esclavos de una moda cambiante y caprichosa". Y concluye: "parece que la moda seguirá transformándose, el tiempo dirá cómo".
Extraído de El Mundo (Aroa Morales)