jueves, 15 de marzo de 2012

La moda hasta el cuello



El cuello tipo bebe tiene un estilo un tanto ingenuo, orientado hacia una mujer de estilo romántico, que gusta de lo vintage , de lo delicado y de un estilo muy femenino, así como a la creativa que combina lo contemporáneo con lo antiguo. Es una tendencia que cada vez gusta más y pisa fuerte en este año 2012.

Blusas muy femeninas, generalmente estampadas y en telas transparentes con cuellos tipo bebe o Peter pan, como también es conocido, favorecen a quienes tengan un cuello largo y de grosor normal a estrecho. En caso contrario, acentuará su grosor o longitud.

Lo recomiendo en piezas que no recarguen el estilo, por lo que puedes optar por una falda larga y ancha, pantalones rectos, bombachos, campana o palazzo y shorts.

Si se toma en cuenta otra tendencia latente, como la de combinación de estampados en prendas distintas, puedes elegir una blusa con cuello de bebe, estampada con flores, y una falda o short en estampado de puntos, de colores similares.

No solo las blusas traen el estilo del cuello como bebe, así mismo lo encontrarás en blazers, jumpsuits, camisetas con o sin mangas y vestidos. Pero también puede agregar otros detalles a estos cuellos, como las lazadas, corbatines, cadenas finas, colgantes y corbatas.

Las piezas de este tipo de cuello se ven muy curiosas si además el cuello va en un color que haga contraste con el de la camisa, de la misma manera que si los puños de las mangas van en el mismo color se crea armonía. En la misma línea puede ir el cuello en combinación con la tela de la línea de los botones de la blusa.

Hazte de varias, con cuellos de formas diferentes como los de punta redonda, en pico, cuadradas, pintadas en la blusa, de cuello doble, simulando pétalos. Sin duda el más práctico es el que puedes adquirir por separado, como si de un collar se tratara, y es que como complemento se lleva mucho, así puedes llevar con las prendas que quieras y hasta en colores diferentes, no solo de tela, también con pedrería o detalles artesanales.

Por Marianela Lacayo















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