lunes, 21 de noviembre de 2011

Las 10 mujeres en las que confía Rajoy


El ganador de las elecciones se ha rodeado de mujeres. ¿Será coherente con su trayectoria y formará un gobierno con estilo femenino?


Soraya Saenz de Santamaria
El estilo de Soraya Sáenz de Santamaría: Sus hits de estilo: pantalones pitillo, vestidos de seda fluidos y zapatos altos con cuña compensada. Su ropa es como ella, actual y sin complejos, dispuesta a incorporar las novedades siempre que le favorezcan.
No están por ser mujeres sino porque su competencia profesional y la mano izquierda con que manejan sus asuntos las ha ido situando en el círculo de confianza del nuevo presidente del Gobierno. Su lealtad en los tiempos oscuros, cuando cargarse a Rajoy era un objetivo prioritario dentro del partido, y la habilidad que han demostrado para despuntar a pesar de las zancadillas, evidencia por qué el ‘jefe’ se ha rodeado de ellas. A cualquiera que consultes en el PP, recita sus nombres sin tener que pensarlo. Son esa red que Rajoy ha tejido para evitar estrellarse, y en cuya efervescencia política ha consolidado su liderazgo. Si fuese coherente con su línea de actuación formaría un gobierno mayoritariamente femenino

Soraya Saénz de Santamaría, Carmen Martínez de Castro y Mª Dolores de Cospedal
 forman el primer anillo. Cada una conoce su papel y procura no interferir en el que no le corresponde. Funcionan como un ensamblado engraje, sin complicidades excesivas pero con un motor común, Rajoy.

No hay nada que le haga sentir más seguro al recién estrenado presidente del Gobierno que escuchar la opinión de Soraya Saénz de Santamaría. “El jefe, a pesar de lo poco que le gusta pronunciarse, no pierde ocasión de expresar lo cómodo que se siente con Soraya. Sin duda, es su mujer, su hombre y su todo de confianza”. La constatación de lo que supone esta abogado del Estado vallisoletana para Rajoy es doblemente valiosa porque la realiza uno de hombres más cercanos, con el conocimiento de causa de quien comparte muchas horas al lado de ambos. Situar a Soraya en el número uno del top ten de Rajoy es una obviedad. A nadie le cabe la menor duda de que será ministra plenipotenciaria compartiendo responsabilidad con el titular de economía. Saber que los asuntos más espinosos estarán controlados por ella, le proporciona a Rajoy tranquilidad para poder dedicarse a dar la talla como el estadista que precisa un momento tan grave. Soraya no tiene rival. Quienes la tildaban de empollona sin capacidad política han tenido que rectificar. En tres años como portavoz en el Congreso ha logrado hacerse con un grupo parlamentario divido y que miraba a su líder por encima del hombro. “Pregúntale a Soraya” ha sido la reiterativa respuesta del jefe cada vez que se le planteaba cualquier asunto que no fuese intrascendente. “Las pilla al vuelo y ha vivido momentos muy difíciles junto a Rajoy. Aparte, ha sido capaz de formar un equipo compacto”, argumenta una de sus compañeras de partido. Soraya, además, ha demostrado tener química con el resto de formaciones políticas y comportarse con naturalidad en un mundo en el que impera la impostura. Hasta para tener a su primer hijo, Iván, ha sido considerada con Mariano. Unos días antes de la victoria para no restarle protagonismo.
Cospedal: Su figura estilizada contribuye a que casi todo le siente bien, aunque resulta un poco envarada. Los broches, los fulares voluminosos y las combinaciones que elige acaban restándole elegancia.
Cospedal
Carmen Martínez Castro es el prototipo de jefa de prensa que controla sin que se note y que prefiere la libertad de movimientos que otorga la invisibilidad. Rajoy la fichó en 2006, cuando ella trabajaba en Onda Cero. Desde la tribuna de prensa del Congreso o dos pasos por detrás de su jefe, observa sin ser vista y sabe protegerle de esas preguntas que tanto le incomodan sin resultar áspera pero con una actitud contundente. “Es una de las personas a las que más escucha Rajoy. Le resulta juiciosa, mucho más que algunos de los que presumen de influencia”, revela una fuente próxima al presidente.

El papel de mala de la película le ha tocado a María Dolores de Cospedal, y hay que reconocer que lo ha representado a la perfección. Ha sido la Mª Teresa Fernández de la Vega de la oposición. Sin miedo a los micrófonos, sale por su boca lo que Rajoy no se atreve a pronunciar. Ha estado a punto de quemarse pero la presidencia de Castilla La Mancha le ha apartado brevemente de la primera línea de fuego. Junto con Alicia Sánchez Camacho, el brazo de Rajoy en Cataluña, ha resultado un ejemplo de familia monoparental frente a la legitimidad exclusiva de la familia nuclear. Las dos decidieron ser madres solteras y recurrieron a métodos de reproducción asistida para lograrlo. “Alicia es simpatiquísima y siempre ha sabido bandearse en todas las misiones que la ha encargado Rajoy. Fue portavoz de la comisión de Interior en el Congreso y salió bien parada. Mariano la mandó a Cataluña a inmolarse y la realidad es que no solo ha aguantado el tipo, sino que ha mejorado los resultados notablemente”, puntualiza un veterano diputado.
Las Anas, Ana Mato y Ana Pastor, solo comparten el nombre de pila y el favor del jefe, lo cual ya desearían muchos en estos momentos de gloria. A Mato se la considera la sucesora de Cospedal al frente del aparato del partido, ahora que el poder no exige seguir látigo en mano. Más moderada y bien mandada, dicen que Rajoy la encumbrará en el próximo Congreso. A Pastor, la sitúan de presidenta de las Cortes. Trabajadora, exigente y amiga del jefe, quienes han trabajado a su lado se quejan de su tremendo nivel de exigencia y su carácter agrio aunque con la prensa resulta solícita y amable.


Ana Mato
Ana Mato: Su perpetuo bronceado condiciona un vestuario repleto de clásicos revisados. Su aspecto aniñado la salva de parecer una señora del barrio de Salamanca. Alterna tonos neutros con detalles en vivos colores.

No tanto como Betina Rodríguez Salmones, una veterana política con aspecto de hada de cuento, un espíritu libre que fue hace muchos años fundadora de El País, y en la última legislatura se ha convertido en el azote de Carmé Chacón como portavoz de Defensa. Comparte con Rajoy memoria histórica y capacidad para anticipar la jugada. 


Betina Rodríguez
Betina Rodríguez: es la más atrevida del Congreso. Posee un estilo tan personal como ella. Joyitas de en mercadillos, prendas de firma o de H&M otras, pero siempre con distinción.

Fátima Bañez se mueve en el pantanoso terreno económico. Muy curranta y discreta, procura mantenerse alejada del foco, dejando que Montoro duerma al personal con sus soporíferas explicaciones. Es de las que preparan los papeles para que otros se luzcan. 


Fátima Bañez
Fátima Bañez: es muy de uniforme para no perder tiempo. Pantalones negros, camisetas negras o blancas y blazer preferentemente en rojo o tonos tierra. Botines también negros, discretos y de tacón medio.

Un perfil que coincide con el de Charo Pablos, uno de los fichajes más brillantes de Soraya. Charo es también abogada del Estado y conoció a Saénz de Santamaría en León, donde fue destinada tras sacar la oposición. Es la jefa de la Asesoría parlamentaria, un equipo que se ha convertido en el think tank del PP, dada la exigua química que existe con FAES, a quien en el entorno de Rajoy no perciben con simpatía. Sus concienzudos análisis son muy valorados por Rajoy. “El día del debate, Rajoy tenía su teléfono a mano por si le hacía falta cotejar algún dato”, cuenta un diputado muy fan de esta asesora.

Otro de los nombres desconocidos pero solventes es el de la jefa de protocolo, Valle Ordoñez Carbajal. Durante la campaña ha estado pendiente de que todo encajase. Serena y metódica, ha llamado la atención de la caravana de periodistas por sus dotes organizativas y su buena cabeza pero en el entorno del presidente hace tiempo que se habla de ella como una de las imprescindibles.
Ahora habrá que ver si Mariano traslada el peso de sus colaboradoras más próximas a los puestos de responsabilidad de su gabinete. O perpetúa la tendencia de colocar a hombres en la cúpula aunque sean sus colegas las que merecen el cargo.
Extraído de S Moda (El País) (Pilar Portero)

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