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sábado, 8 de octubre de 2011

Decálogo de la moda de París



1. COLECCIONES INVERNALES PARA EL VERANO. O los diseñadores se han vuelto locos o es que necesitan una terapia de optimismo y vitalidad. En la semana del "prêt-à-porter" parisino han coincidido abrumadoramente los desfiles sombríos, otoñales en la elección del color y de los materiales. Ejemplos ha habido varios, pero los de Pilati en Saint Laurent (capas, abrigos y tono verde oscuro) y Giambatista Valli (que sacó hasta piel de borrego) son los más elocuentes.
2. NADIE COMO CHANEL PARA LAS PUESTAS EN ESCENA. Cada temporada, ya sea Alta Costura como ahora nos sorprenden desde la casa de la camelia, sabiamente dirigida por Lagerfeld. En esta ocasión, el Grand Palais —escenario inmenso de más de 200 m de ancho por 150 de alto- se transformó en un fondo marino totalmente blanco con estrellas, caballitos de mar y caracolas gigantes. Sencillamente, impresionante. (Y la colección estuvo a su altura, rayando en lo brillante).
3. LOS 70 ESTÁN POR TODAS PARTES. Se han visto en las pasarelas que preceden a París y aquí nos hemos vuelto a topar con ellos. Los 70 ya están de nuevo entre nosotros. Los cortes, las minifaldas, la libertad de las piernas y el desaire de esa época siguen en los desfiles del verano que viene.
4. NUEVA ERA EN PACO RABANNE. Desde la casa Puig deben estar contentos con el debut del director creativo indio Manish Arora, que ha mostrado un desfile vital, hermoso, novedoso y sin destrozar el ideario de la casa que fundase el artista Paco Rabanne. Labor nada fácil que ha devuelto a tan emblemática firma a la primera línea de la moda.
5. ESTILISTAS ITALIANOS EN ALZA. Se han convertido en dos de los estilistas más reconocidos de la actualidad. Los italianos Riccardo Tisci, de Givenchy, y Giambatista Valli, de su propia línea, firman colecciones soberbias desde hace varias temporadas.
6. LAS MARCAS NECESITAN UN DIRECTOR CREATIVO. Se está comprobando en Dior, pero es una máxima que sirve para cualquier casa de moda. Es muy complicado, por no decir imposible, mantener el alma de una casa sin un director creativo sobre el que recaiga el peso de la fama y de la responsabilidad. El trabajo de equipo no sirve para mantener la tensión creativa y la fama que demandan los medios. En Ungaro andan igual que en Dior.
7. LADY GAGA LOVE MUGLER. La estrella del pop sigue apoyando con su fama a su estilista, Nicola Formichetti, actual director de diseño en la firma francesa Mugler (el nombre de su fundador, Thierry, se ha quedado en el camino). Tras dos desfiles, N.F. deberá ponerse las pilas para estar a la altura de la expectación que creó con su llegada.
8. ACTOS PARALELOS A LOS DESFILES. Como ya es tradicional, en torno al imán de las colecciones se suceden distintas presentaciones de marcas de moda. Roger Vivier mostró con mucho mimo y tacto a la prensa internacional sus novedades, mientras Diego Dela Valle se esmeró en que su marca, Tod's, estuviese bien representada. Por su parte, Pinko, que ha contratado a la diseñadora Alexandra Fachinetti, ex Gucci, se montó un sarao en la noche parisina para enseñar sus novedades.
9. ESPAÑOLES EN PARÍS. Amaya Arzuaga ha quedado esta vez como única española que desfila en la capital de la luz. Su desfile fue rotundo y su marca empieza a captar la atención internacional. Por su parte, Joaquín Trías mostró por vez primera en un showroom sus trabajos, tras su periplo neoyorquino. Cuentan que Toledano está siguiendo muy de cerca su evolución, mientras Roberto Torretta, Ángel Schlesser y los Alvarno traían sus colecciones para captar compradores. Y, al parecer, no les ha ido nada mal.
10. LOS FAMOSOS SE OLVIDAN DEL 'PRÊT-À-PORTER'. Así como en los desfiles de la Alta Costura las primeras filas andan llenas de vips, en este último 'prêt-à-porter' han brillado por su ausencia. Apenas un puñado no da para mucho en una larga semana: Isabel Huppert, Uma Thurman, Inés de la Fressange, Charlene Wittstock o la española Ángela Molina, invitada de Loewe.
Extraído de El Mundo (Yo Dona) (Jesús María Montes-Fernández)

domingo, 23 de enero de 2011

La sombra de Lady Gaga en el desfile de Mugler

Ha sido el desfile más esperado del intenso fin de semana del calendario del 'prét-à-porter' masculino. La casa francesa volvía a la escena del diseño tras el primer paso dado las anteriores temporadas con Rose Mary Rodríguez y no haber cuajado por diferentes motivos. Ahora, desde la firma Thierry Mugler vuelven a sonreir y, aún más, frotarse las manos por el trabajo y repercusión que su nuevo director artístico, Nicola Formichetti ha impreso a la marca francesa.

Han sido 30 salidas, tres decenas de 'looks' destinados a un joven dinámico, atrevido, que sabe de moda y le gustan las tendencias, que encuentra en el color una de sus armas de seducción, con el azul y naranja como trazos predominantes. Algunos modelos iban ataviados con latex en la cabeza y posaron con rotundas piezas de metal. Aroma a fetichismo y un claro guiño al fundador de la casa, el ya mítico Thierry Mugler que vive en Las Vegas como director de arte de algunos espectáculos del Circo del Sol.

A la vez que el desfile se proyectaba un vídeo de un modelo lleno de tatuajes, que danzaba con los diseños nuevos, creando un impacto poético, difícil de explicar. Se sintieron muchos aplausos para Nicola Formichetti y para la banda sonora de Lady Gaga, a la que reserva su estelar aparición, casi seguro, en el desfile del 'prét-à-porter' femenino de principios de marzo. Va a ser la bomba. De momento, a sus 7 millones de seguidores de Twitter les ha comentado sus impresiones del desfile.

Con esta refundación de la marca han llegado nuevos aires: el modernismo de su creador, exitoso estilista pero también ahora diseñador y, sobre todo, un perfecto enlace con el mundo de la comunicación. Pertenece a una nueva generación de diseñadores donde el producto y la imagen van conjuntadas y se propagan como nunca a través de Internet.

El desfile tuvo el concepto de un garage industrial. De hecho el lugar se llama "Garage Turennes", en la parte derecha del Sena. Desde mucho antes del desfile la calle se pobló de imitadores de la cantante. Ya dentro las gradas estaban pobladas de muchos fashionistas y fans de la estrella de la música actual que, se han convertidos en devotos de la marca Mugler. El presidente de Mugler, Joel Palix, no cabía de gozo al comprobar in situ la unánime aceptación del nuevo presente y estelar futuro que parece reservarle a su compañía.

Para acompañar a los nuevos tiempos que soplan en la moda y, siguiendo la estela de otras míticas casas como Dior o Givenchy (sus nombres Christian y Hubertus se quedaron en el camino), también en esta 'maison' gala se acuñó por primera vez el nuevo logo de la firma: Mugler (a secas, perdiendo para siempre el nombre Thierry). Sonoro, internacional, cosmopolita y rotundo. Desde ayer Mugler suena con fuerza y se siente al paso de sus aromas que son auténticos best-seller y con ritmos de Lady Gaga. Es el siglo XXI en todo su esplendor.
Mucho látex, cuero, pinchos, colores oscuros y mitones.

El universo estético de Formichetti, de 33 años, de ascendencia italiana y japonesa, está a medio camino entre Oriente y Occidente, y se distingue por mezclar moda popular y accesible con la más provocadora.


Cada detalle de la colección Otoño/Invierno 2011-2012 estaba pensado para impresionar, desde las caras hipertatuadas de los modelos, al petróleo que llevaban en la cabeza.

La expectación estaba en la responsable de la dirección musical: nada más y nada menos que Lady Gaga. Como era de esperar del hombre que está detrás de los impactantes estilismos de la artista, el desfile estuvo a la altura de la provocación de la actual diva del pop.

 La pocas licencias al color, en naranjas, azules y verde militar.

A la cantante no se le vio en el desfile pero ella y su provocación fueron el hilo conductor del show.

Una puesta en escena 100% Formichetti: no se podía esperar menos del hombre que vistió a Gaga con su famoso look hecho de filetes de carne.

El modelo estrella del pase se llama Rick Genest y está completamente tatuado, como si fuera un esqueleto.

«Anatomy of a Change» (como se llama la colección) pretende que este espíritu «hardcore» haga revivir Mugler, que lleva unos años sin un rumbo fijo.

Está diseñada por Romain Kremer (bajo la supervisión de Formichetti) y las piezas clave de la colección fueron una gabardina en plástico que parecía de goma, trajes negros minimalistas, pantalones de cuero, abrigos destrozados o velos de gasa en plan novia cadáver. La pocas licencias al color, en naranjas, azules y verde militar.


Extraído de El Mundo (Yo Dona, Jesús María Montes-Fernández) y ABC (Amaia Odriozola)